Tras reunirse con el perottismo, la cúpula partidaria concluyó la ronda de diálogo puertas adentro. Buscan institucionalizar el FdT
Tras recibir ayer a referentes del perottismo paladar negro, la conducción del PJ santafesino dio por cerrada la ronda de diálogo con los distintos sectores que conforman el Frente de Todos (FdT) provincial. El próximo paso será la institucionalización de la coalición oficialista con un doble objetivo: cohesionar a las partes y trabajar para retener la Casa Gris en 2023.
Ricardo Olivera, presidente del peronismo provincial, compartió mesa con las principales espadas de Hacemos Santa Fe: la ministra de Gobierno santafesina, Celia Arena, y el diputado nacional Roberto Mirabella, entre otros dirigentes.
“De todos obtuvimos una respuesta positiva y están dispuestos a tirar hacia el mismo lado. Lo que planificamos, salió”, afirmó a La Capital Olivera, a modo de balance de las conversaciones con los distintos actores que dan cuerpo al FdT de la provincia.
Las dudas
La ronda de diálogo propiciada por la cúpula partidaria había arrancado a principios de febrero con no pocos interrogantes por dilucidar en función del impacto generado por la derrota electoral en 2021.
“Comenzamos con dudas sobre la receptividad de cada espacio. Pero ocurrió algo que consideramos muy importante: se sumaron piezas clave del peronismo, como los presidentes comunales, entre otros referentes. Por eso, la apuesta es juntar en marzo próximo a las partes en una mesa para, de inmediato, institucionalizar el Frente de Todos”, agregó Olivera.
Por lo pronto, el justicialismo santafesino retomará el trabajo territorial en las 19 departamentales y procurará fortalecer la unidad en la diversidad, el estandarte que en 2019 le permitió recuperar la Gobernación.
El revés para el FdT provincial en las últimas generales fue contundente y duplicó el cálculo preliminar de la Casa Gris, que había fijado el objetivo de achicar a cuatro puntos la diferencia con Juntos por el Cambio (JxC) registrada en las primarias.
El escenario poselectoral reflejó la pérdida —por primera vez desde 1983— de la mayoría de los representantes por Santa Fe en el Senado nacional, junto a tres bancas menos en Diputados, y en un mapa político en el que el PJ lució derrotado en 16 de 19 departamentos provinciales (sólo ganó en Rosario, San Lorenzo y Garay).
Por eso, Olivera comenzó a conversar, con el visto bueno del gobernador Omar Perotti, con todas las fichas partidarias: Hacemos Santa Fe, La Corriente, el Nuevo Espacio Santafesino (NES), el Movimiento Evita y los sectores de María Eugenia Bielsa, Luis Rubeo y María de los Angeles Sacnun.
En paralelo, Perotti fue recomponiendo su vínculo con los senadores provinciales —después de varios cortocircuitos—. Y lo propio ocurrió con la vicegobernadora Alejandra Rodenas (NES) luego de las diferencias exteriorizadas en las Paso, en las que la titular del Senado y Agustín Rossi compitieron —y perdieron— contra la lista fogoneada por el rafaelino.
Pero todavía resta descubrir cómo se saldarán las desavenencias con La Corriente, que lidera Rossi, tras la salida de Roberto Sukerman del Ministerio de Gobierno (Arena ocupó su lugar) y la posterior eyección de cuatro funcionarios de ese espacio de entre las segundas líneas del gabinete de Perotti.
Entre las huestes de Rossi, los movimientos en el equipo gubernamental fueron interpretados como un pase de factura por haber enfrentado al mandatario santafesino en las Paso.
El escenario
La misión de Olivera sintoniza con la decisión del presidente de la Cámara de Diputados nacional, Sergio Massa, y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, de reflotar la institucionalización del FdT en todo el país para ajustar la interna de cara a 2023 y eludir las turbulencias alimentadas por la caída en las urnas y, más recientemente, por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Señal de los días por venir, la concejala rosarina Marina Magnani —La Cámpora— potenció las diferencias vía Twitter: “Llegó la esperada letra chica del acuerdo y el FMI sigue siendo el mismo que nos llevó a la explosión de 2001. A ver de qué se disfrazan los que, usando el nombre de (Juan Domingo) Perón, Eva (Duarte) y Néstor (Kirchner), bancan esta entrega nacional”.