Sergio Maguiña es pareja de la hermana del presidente de Boca. Está denunciado por amenazas e investigado internamente por el caso de la banda que vendía secretos fiscales.
Un hombre allegado a Daniel “Tano” Angelici fue desplazado esta semana de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en el marco de la investigación oficial contra una supuesta banda de funcionarios acusados de vender secretos fiscales desde adentro del organismo. Se trata de Sergio Maguiña, hasta esta semana director de Fiscalización y Operativa Aduanera de la Dirección de Informática Estratégica de la AFIP. Maguiña es la pareja de Claudia María Angelici, hermana del presidente de Boca Juniors, y operador judicial del macrismo. Así lo confirmaron a PERFIL fuentes oficiales y judiciales.
PERFIL se comunicó ayer con voceros de Angelici, quien transmitió que Maguiña es pareja de su hermana desde hace poco tiempo –no están casados– y que no tiene ninguna vinculación con él fuera de esa relación de su hermana. También transmitió que Maguiña no está denunciado ni imputado en la causa. El caso puso patas para arriba a la AFIP. Todo se originó con la filtración de los nombres de familiares del mandatario que blanquearon dinero en 2016 y terminó con el arresto de funcionarios de la AFIP acusados de vender información del organismo.
Tras los arrestos de la semana pasada y la denuncia, el director del fisco, Alberto Abad, decidió desplazar a una serie de funcionarios presuntamente vinculados o allegados a los acusados en la causa judicial. Entre ellos, hay altos cargos del organismo, como Maguiña, Néstor Del Cuadro –su hermano Martín está detenido en la causa– y Gustavo Arce, de la Regional Sur de la AFIP.
Maguiña fue, además, denunciado por presuntas amenazas contra el funcionario de Auditoría Interna de la AFIP Néstor Sosa, quien según el organismo llevó adelante la investigación interna que logró identificar a los funcionarios que traficaban información fiscal al mejor postor. La denuncia por supuestas amenazas fue presentada por Sosa el sábado pasado y acompañada de un video que muestra la siguiente situación: “Sosa ingresó el viernes por la noche a uno de los ascensores en el edificio de la AFIP, planta baja. Maguiña y otro funcionario lo siguen y entran, discuten. Quedó registrado en un video de la cámara de seguridad, pero no tiene audio. Sosa asegura que lo amenazaron. Se ve una situación de tensión”, confirmó a este medio una fuente judicial que vio el material. “Es la palabra de uno contra otro. No hay evidencias de lo que se dijeron hasta ahora”, agregaron. Sosa está con custodia. La denuncia quedó ayer a cargo del juez del caso, Rodolfo Canicoba Corral.
Claudia María Angelici también es funcionaria de la AFIP, pero no habría sido afectada por la purga. Fue nombrada en 2012 por el entonces titular del fisco, Ricardo Echegaray, en un cargo clave: la Jefatura de la División Base de Datos de Fiscalización. Maguiña es un funcionario de carrera en la AFIP. De acuerdo con los registros de Anses, trabaja en relación de dependencia desde al menos 1991.
Si bien la ley protege a los funcionarios de planta permanente y no permite despedirlos hasta que la Justicia los condene, Abad decidió desplazar a varios de sus cargos. Algunos están detenidos, pero Maguiña, Arce y otros no están denunciados ante la Justicia. Por eso, pasaron al freezer. Maguiña fue asignado al área de Auditoría, como asesor técnico. Arce, al igual que otros desplazados, fue a parar al call center de la AFIP. “Es una medida preventiva mientras avanza la investigación interna. Ninguno de los desplazados está denunciado o imputado en la Justicia por el caso de la filtración de información fiscal, pero Auditoría Interna está investigando si tuvieron participación o conocimiento de lo que estaba sucediendo”.
El caso tiene dos aristas: una investigación interna de la AFIP y una causa judicial, iniciada por una denuncia del propio organismo presentada luego de que el periodista Horacio Verbitsky revelara que funcionarios, familiares y allegados a Macri habían blanqueado millones de dólares en 2016. “Estamos convencidos de que hubo un sabotaje”, habían dicho allegados a Abad en septiembre último. PERFIL intentó comunicarse con Maguiña pero no logró dar con él.