Cayó un proveedor de drogas vinculado a prostíbulos céntricos investigados
Un hombre fue detenido por presunta venta de estupefacientes a dos privados de calle San Martín, allanados en septiembre por trata de personas. La investigación federal apunta a una red que combinaba explotación sexual y narcomenudeo. El acusado tenía antecedentes por causas de drogas y vehículos robados.
La División Trata de Personas de la PDI detuvo a un hombre señalado como proveedor de drogas a dos prostíbulos céntricos de Rosario, donde mujeres denunciaron haber sido explotadas sexualmente desde temprana edad. El sospechoso, identificado como Giuliano Javier G., fue apresado en la vivienda de sus padres, en Alzugaray al 700, durante un operativo realizado este martes. Quedó a disposición de la fiscal federal Soledad García, que ya imputó el mes pasado a dos mujeres por delitos de trata y proxenetismo.
La causa federal se vincula con los allanamientos realizados el 22 de septiembre en San Martín 1439 y 1431, donde funcionaban dos “privados” investigados por explotación sexual. En esos procedimientos fueron detenidas Verónica T. (alias Jésica) y Marcela Noemí C., sindicadas como proxenetas. Durante los operativos, la Policía secuestró 330 gramos de marihuana, presuntamente destinados a la venta dentro de los locales.
Según informaron fuentes judiciales, el detenido será imputado el viernes. El hombre de 35 años ya tenía antecedentes por narcotráfico: en 2015 fue arrestado tras una persecución policial en barrio Saladillo, donde se le incautaron medio kilo de marihuana y 35 gramos de cocaína. También había sido demorado meses antes por conducir una camioneta robada con pedido de secuestro.
La nueva investigación apunta a que Giuliano G. abastecía de drogas a los prostíbulos, en una estructura que combinaba la explotación sexual con el narcomenudeo. De acuerdo con la fiscalía, su rol era clave para mantener la dependencia de las víctimas, quienes denunciaron que las sustancias eran entregadas por los proxenetas “para trabajar mejor”.
Entre los testimonios incorporados a la causa figura el de R., una mujer que relató haber sido captada en 2004, cuando tenía 12 años, y explotada hasta marzo de 2025. En su declaración, afirmó que debía entregar la mitad de lo cobrado por los “pases” y que las mujeres estaban controladas mediante filmaciones y micrófonos ocultos dentro del lugar.
La denunciante también detalló que las víctimas debían pedir permiso para salir y podían recibir sanciones si se negaban a trabajar. “La casa nunca quedaba vacía: funcionaba las 24 horas, los siete días de la semana”, declaró. La investigación continúa bajo la órbita de la fiscal García, que busca determinar el alcance completo de la red y la responsabilidad del detenido en el circuito de trata y drogas del centro rosarino.
