«A Espert lo respeto pero está mintiendo»
El dueño del partido Unite, que le sirvió al libertario para su campaña presidencial de 2019, agravó las evidencias del candidato con dinero narco.

En medio de la escandalosa confirmación de los vínculos del diputado libertario José Luis Espert con el narcotráfico, asomó una figura no menos singular pero surgida del folclore rosarino de la política: José Bonacci, el dueño del sello Unite, inscripto como partido político que ha servido de plataforma a diversas candidaturas electorales. Una de ellas fue, en 2019, la aventura presidencial del polémico economista ahora enredado en graves evidencias de contactos con el narcotraficante Fred Machado, quien lo habría financiado en los últimos años.
Ocurre que Espert intentó sacar la pelota fuera de la cancha y responsabilizar a Bonacci por el origen de un aporte de 200 mil dólares que investiga la Justicia estadounidense. Y el rosarino –operador marginal de La Libertad Avanza y padre de la diputada nacional Rocío Bonacci– lo desmintió y, aún más, ventiló más detalles que complicaron otro poco al hombre que busca su reelección como diputado de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires.
Espert atinó a reaparecer en una entrevista televisiva para retomar su campaña, averiada por el escándalo. Y en su intento por evitar precisiones acerca de ese y otros dineros, afirmó que los aportes de su campaña presidencial de 2019 provinieron a través del partido Unite por la Libertad y la Dignidad, la estructura jurídica que le brindó acceso electoral en ese comicio donde obtuvo el 1,47% de los votos.
«Los candidatos en campaña nos subimos a donde el sello partidario con el cual competimos nos dicen. Un candidato no maneja plata de campaña ni vehículos. Primero el sello fue Unir, que era de un ex diputado, Alberto Asseff; y después fue Unite, de José Bonacci. Yo me subí a los aviones y las camionetas que ellos proveían», sostuvo Espert en el canal A24.
El legislador siguió en tren de desentenderse del enredo de sospechas y lo atribuyó a su inexperiencia en las lides de la política. Pero tuvo que reconocer que conoce a Machado desde 2018 por lo menos. «Yo a Fred lo conocí en 2019, que él nos quiso ayudar es un tema del sello partidario», devolvió Espert.
Bonacci demoró nada en llamar al canal y ejercer derecho a réplica para refutar al candidato. «Al sello partidario rotundamente no le proveyó ningún vehículo, evidentemente a Espert sí porque hay 30 viajes», distinguió.
Luego amplió: «Con toda tristeza, yo al profe lo respeto, lo apoyamos con ganas y no hubiese existido un Milei 2023 sin un Espert 2019. Lo respeto rotundamente, lo quiero. Pero en este caso está mintiendo. No fue el sello partidario el que le proveyó los medios de locomoción», desmintió el titular de Unite y padre de la diputada de LLA Rocío Bonacci.
Cuando la mecha ya estaba prendida, la prensa porteña lo buscó con afán: «Lo que está haciendo Espert es utilizar un argumento que yo mismo le di en el año 2021 cuando se hizo la primera denuncia. Me llamó un día con preocupación y me dijo: ‘Mire Bonacci, está este tema del avión’. Yo le dije que diga que es del partido, porque en realidad los aportes los tiene que manejar el partido. Si ustedes me consiguen algún documento donde conste la donación de ambos vehículos, yo presento una ampliación de la rendición final y lo justificamos ante la Justicia. Usó la mitad del argumento que yo le di, porque nunca me presentó ningún comprobante», reveló el rosarino.
«Yo tuve una responsabilidad política de presentar candidaturas, presentar las boletas, distribuirlas. Para eso se usan recursos estatales. Recibimos los recursos que prevé el Estado y se volcaron a la impresión y distribución de boletas electorales», describió Bonacci acerca de su función habitual a la hora de alquilar su partido político en años electorales.
En otras declaraciones periodísticas de las últimas horas, Bonacci agregó otra anécdota de aquella campaña que presidió el calvo economista. Aseguró que le pidió organizar una cena de alto nivel, como motivo de recaudación de fondos de campaña, y entonces poder blanquear un dinero que en ese momento equivalía alrededor de 400 mil dólares.
«Yo nunca participé de ningún encuentro con Machado. Yo y nuestro partido colaboré saltar la proscripción de último minuto. Y cuando empezamos a transitar las candidaturas, percibimos cierto grado de desesperación por los aportes de campaña. Estaban desesperados por ver una moneda. Ante eso, tomamos la previsión de dedicarnos solo a lo político y a los aportes estatales de campaña, que se rindieron en la totalidad. Pero no nos metimos en ese lugar para no cometer el lugar que cometen los liberales, porque hay mucha imprevisión respecto a con quién se sientan a tomar café y de dónde viene la moneda que usan para campaña», completó.