Policiales

El viudo de Adelfa y otro hombre cayeron cuando llevaban 5 kilos de cocaína

Fue en la autopista a Santa Fe, en el peaje de San Lorenzo. Reinaldo Wabeke se hizo famoso cuando a los 24 años se casó con una mujer de 82.

 

Un procedimiento llevado adelante por la Policía de Seguridad Vial de la provincia en el peaje del kilómetro 28 de la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura de San Lorenzo, derivó en la detención de dos hombres que trasladaban 5 kilos de cocaína. Al ser identificados se supo que uno de ellos era nada menos que Reinaldo Wabeke, el muchacho que el 28 de septiembre de 2007 fue noticia más allá de las fronteras nacionales porque a sus 24 años se casó con Adelfa Volpes, quien entonces ya sumaba 82 primaveras y falleció algunos días después de volver de su luna de miel en Río de Janeiro a causa de una afección cardíaca.

Reinaldo pasó a ser conocido como «el viudo de Adelfa» y unos años después se casó con otro hombre del cual se separó a los pocos meses. Luego se transformó en un personaje mediático que llegó a participar en obras teatrales en Mar del Plata y volvió a recurrir a los medios para denunciar la situación traumática que estaba viviendo. «Yo soy consciente de que el casamiento con Adelfa me trajo muchos disgustos con personas que se quisieron hacer mis amigas por interés, para sacarme cosas; usurpadores que se adueñaron de mi casa, y situaciones extremas que me llevaron hasta tener que presentar la quiebra, hacer un remate y mucho más».

En 2017 Reinaldo aseguró que vivía en un campo de Buenos Aires y pidió que «lo dejen vivir en paz» porque estaba totalmente alejado de todo, en pareja con «un gran compañero de vida» y que se dedicaba a «cuidar animales». Y sostuvo que económicamente su único ingreso era la pensión que le dejó Adelfa y el alquiler de un departamento.

Sin permiso

Pero parece que esos ingresos no le alcanzaron para vivir y ayer cayó transportando 5 kilos de cocaína en la autopista Rosario-Santa Fe y fue apresado en el marco del control por la cuarentena obligatoria para evitar la propagación del coronavirus.

Extraoficialmente se supo que a las 9.15 los agentes de la Policía de Seguridad Vial detuvieron el paso de un Citroën C3 Picasso blanco en el que iban dos hombres. Fue en un operativo de rutina para prevenir la circulación de gente en el marco del decreto presidencial que dispuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio tendiente a frenar la pandemia de Covid-19.Los ocupantes del auto dijeron no tener el certificado único habilitante para circular que rige en todo el país y sostuvieron que iban «a la cárcel de mujeres de Rosario para llevarle mercaderías a una familiar» detenida en la Unidad Penitenciaria 5, ubicada en el oeste de la ciudad.

En ese sentido, los agentes les dijeron que no podían transitar y se dispusieron a requisar el vehículo. Así, en el asiento de atrás hallaron varias bolsas con comestibles no perecederos y en una de ellas siete panes de distintos tamaños envueltos en papel de aluminio con cocaína de máxima pureza que pesaron unos 5 kilos. Ante ello fueron convocados agentes de la Brigada Antinarcóticos de Rosario que comprobaron el contenido de los paquetes y pusieron a Wabeke y su acompañante, W.A.J.C., a disposición del juez federal Carlos Vera Barros.

Cambio de vida

El año pasado, en diálogo con medios santafesinos, el hombre que ahora tiene 36 años dijo que desde el día que murió Adelfa encontró «el infierno» y que por eso «no volvería a vivir nunca más en Santa Fe». Incluso contó que estuvo «muy depresivo, muy mal, a punto de matarme tres veces, medicado porque no encontraba en mi vida la paz eterna».

Dijo que sus problemas empezaron en 2011, después de estar viviendo un año en Mar del Plata, y por la casa que heredó de Adelfa en 9 de Julio y Crespo, en pleno centro santafesino. «Yo tenía un amigo viviendo allí ya que la mamá lo había echado de la casa y yo soy muy generoso. Nunca me importó la plata y le dije que se instalara allí. Pero al regresar de Mar del Plata me encontré con otra gente y mi amigo me dijo que había vendido la casa. La usurpó con su hermana y la vendieron a cambio de un auto», contó.

Reinaldo recordó que «el hombre que compró la casa tiene muchas causas judiciales, estuvo preso por tráfico de drogas, me amenazó de muerte para que le firme la venta de la casa y nunca se la firmé. Denuncié muchas veces esas cosas en Fiscalía . Era mi vida o mi casa y decidí quedarme con la pensión que me quedó de Adelfa y sacarme a toda la gente tóxica que me rodeaba para irme a Buenos Aires».

Incluso Wabeke contó que cuando cobró el seguro de vida de Adelfa mucha gente se le acercó por interes pero «en vez de ayudarme me hundían. Me han ofrecido meterme en la droga y nunca me metí. Me ofrecían vender droga para hacer plata y yo por eso me fui alejando. Estaba mal económicamente y me ofrecían que ponga la casa donde vivía para vender droga».

En ese sentido, el muchacho recordó que un allegado le sugirió que «para hacer plata y volver a estar allá arriba, ponga mi cara y lleve droga de acá para allá. Pero le dije que no, que prefería morirme de hambre pero que eso no lo iba a hacer nunca. Prefería vivir en una tapera, muerto de hambre, pero eso no porque yo nunca me metí en la droga, nunca jamás». Por lo menos hasta ayer.

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