Mucho tendrá que ver qué hará el Gobierno con el esquema cambiario que rige al dólar, hoy fijado entre bandas y bajo una fuerte intervención del Tesoro de Estados Unidos. Qué dicen las consultoras.

Una de las principales preocupaciones de la sociedad es saber qué pasará con la inflación luego de las elecciones nacionales legislativas de este domingo. Mucho tendrá que ver qué hará el Gobierno con el esquema cambiario que rige al dólar, hoy fijado entre bandas y bajo una fuerte intervención del Tesoro de Estados Unidos.
En el noveno relevamiento del año, quienes participaron del Relevamiento de Expectativas de Mercado estimaron una inflación mensual que, para los últimos meses de 2025, se moverá en torno del 2% mensual (2% en octubre, 2,1% en noviembre y 2% en diciembre), al tiempo que volvería a ubicarse por debajo del 2% mensual a partir de enero de 2026.
Por otra parte, el promedio de las proyecciones ubicó al dólar oficial en $ 1.440 para octubre, mientras que para diciembre se espera que escale a $ 1.536, lo que arroja una variación interanual esperada de 50,5% (+9,3 puntos respecto del REM previo). Es importante destacar que el Presupuesto 2026 que se discute en el Congreso pronosticó que el tipo de cambio terminaría el año por debajo de los $ 1.400.
Inflación acelerada
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre registró un aumento mensual de 2,1%, lo que implica una leve aceleración respecto al 1,9% registrados en julio y agosto. Con este resultado, se cortó la racha de cuatro meses consecutivos con variaciones por debajo del umbral del 2%, y parece consolidarse una tendencia alcista iniciada en jun/25. La inflación acumulada en los primeros nueve meses del año alcanzó así 22% y la variación interanual se ubicó en el 31,8%.
La aceleración del IPC se da en un contexto de política monetaria contractiva, con tasas de interés reales muy positivas, cuyo objetivo es anclar las expectativas inflacionarias y contener la presión devaluatoria. Sin embargo, el dólar libre mostró una significativa volatilidad e inestabilidad, incluso luego del fuerte apoyo de los Estados Unidos. A pesar de esto, el traslado a precios se mantiene acotado por ahora. Este desacople se explica por la persistencia de una demanda interna débil y la fuerte caída del consumo, que limita la capacidad de las empresas para trasladar los aumentos de costos a los precios finales.
Con una suba del 2,6%, el aumento de los regulados se debe principalmente a la continuidad de la política de ajuste tarifario en servicios públicos. Por su parte, los estacionales, con una suba del 2,2% en septiembre, revirtieron la deflación observada en agosto. Esta aceleración se explicó, en gran medida, por el alza en ciertos productos agrícolas, como verduras, tubérculos y legumbres (6,1%) y Frutas (4,1%).
Por otra parte, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), publicado por el Indec registró un aumento del 3,7% en septiembre respecto al mes anterior. Esta cifra representa una marcada aceleración de 0,6 puntos porcentuales frente al 3,1% de agosto y es el incremento mensual más alto en el último año y medio, desde marzo de 2024.
La causa principal de la aceleración mayorista fue el componente de productos importados, que registró un aumento mensual de 9%, casi el triple de la suba de los precios de los productos nacionales (3,3%). La variación en los precios de los productos importados refleja directamente el impacto del tipo de cambio oficial en el costo de los bienes transables.
