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En sólo 18 kilómetros, la autopista a Córdoba suma diez accesos ilegales

Las vías clandestinas que se incorporan a la traza desde la banquina representan un riesgo permanente para los automovilistas

En un tramo de unos 18 kilómetros de la autopista Rosario-Córdoba, hasta el cruce con la ruta A-012 en Roldán, se pueden cruzar más de diez peligrosísimos ingresos y egresos irregulares que se incorporan a la traza desde la banquina, situación que representa un riesgo para la seguridad vial de los automovilistas. Funcionarios del gobierno provincial reconocen la problemática, admiten que estas trazas son “ilegales” y no descartan hacer presentaciones ante Vialidad Nacional, con jurisdicción en la autopista.

Con una tasa de siniestros viales que durante 2021 elevó a 416 las víctimas fatales en Santa Fe, y una infraestructura de rutas y caminos que debe mejorar, el registro fotográfico y fílmico que acompaña esta nota es elocuente y marca un situación alarmante.

La Capital contabilizó por lo menos diez accesos y salidas prohibidos en ambas manos de la autopista Rosario-Córdoba, incluso un par de kilómetros más allá de Roldán, en el cruce de la ruta A-012. Son utilizados para cortar camino o ahorrar tiempo y los utilizan autos particulares, camiones, motos, y hasta el transporte público.

Se trata de tramos cortos, la mayoría de tierra, por donde entran vehículos que disminuyen la velocidad de forma brusca y bajan a las colectoras. Y otros que con la premisa de incorporarse a la traza, deben acelerar en pocos metros. Maniobras riesgosas que generan puntos de conflicto y potenciales siniestros con el tránsito ya circulante.

En la recorrida quedó demostrado que los improvisados senderos son transitados por vecinos, trabajadores, proveedores, personas vinculadas a los barrios abiertos y cerrados, a pequeños establecimientos fabriles o chacras de esa zona semirrural del gran Rosario, entre Funes y Roldán.

Plagado

Los vehículos utilizan los senderos alternativos para ahorrar tiempo, pero se exponen a potenciales siniestros con el tránsito circulante.

Los vehículos utilizan los senderos alternativos para ahorrar tiempo, pero se exponen a potenciales siniestros con el tránsito circulante.

 

Con el crecimiento demográfico que experimenta el entorno, hay una realidad que supera a la calidad de la infraestructura. En esos 18 kilómetros sólo se puede acceder a los barrios en la rotonda de Wilde, en el acceso a Funes, y luego en Roldán, en el cruce con la ruta A-012.

Sin embargo, está plagado de pasos irregulares. El más evidente está frente a la portón de acceso al country privado Puerto Roldán, en la mano que va hacia Rosario. El camino está consolidado con asfalto, pero según los especialistas y funcionarios es tan ilegal como los otros. Es muy utilizado también por vecinos de los barrios abiertos Tierra de Sueños 2 y 3, unidos por la colectora Camino de la Unidad.

Hay otros dos accesos de tierra muy peligrosos en el carril hacia Córdoba, tras el cruce de la A-012: uno ingresa a una estación de servicio, y el otro al barrio abierto Punta Chacra.

>> Leer más: Proyectan también un tercer carril para la autopista a Córdoba

También se abre otro un kilómetro después del puente de Wilde, mano a Córdoba a la altura del pasaje Gallegos sobre la colectora Che Guevara; uno que se conecta con el barrio Tango, en jurisdicción de Rosario, y dos antes y después del Hotel Howard Johnson (el hotel utiliza la colectora Miguel Galindo),a metros del rulo que conduce a Funes.

Las vistas áreas y en el terreno permiten identificar que incluso algunos de los caminos empalman con otros que “cruzan” transversalmente la vía por el cantero central hasta conectar en la banquina de la mano contraria. El fenómeno se multiplica en varios tramos del trayecto.

“Clandestinos”

Los responsables de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (Apsv) están al tanto de la problemática y evalúan hacer una presentación formal ante Vialidad Nacional para que adopte medidas urgentes. Y si bien el Estado Nacional en la actualidad realiza trabajos de mejora del pavimento que incluyen el recalce de banquinas, no se intervino sobre estos senderos.

El titular de la Apsv, Osvaldo Aymo, admitió la situación e indicó que se trata de “accesos clandestinos” que desvirtúan completamente la seguridad de la autopista. “Corresponde a infraestructura de Vialidad Nacional anularlos. Los accesos oficiales son por un puente, túnel, o rulos, que respetan la ingeniería vial, con señalización vertical u horizontal”, explicó.

El funcionario precisó que los dispositivos ejecutados por la autoridad oficial “tienen carriles de aceleración o desaceleración y deben estar pavimentados. Los ilegales son de tierra y presentan el conflicto por las velocidades diferenciales, mínimas y máximas, para transitar por la autopista. Esto impacta directamente en la seguridad vial, con potenciales accidentes múltiples, hay que evitarlos y eliminarlos. No descartamos hacer una presentación ante la autoridad competente”, anticipó Aymo.

Conflicto de velocidad

El ingeniero Santiago Tazzioli, ex responsable de Ingeniería de Tránsito de la Municipalidad de Rosario, actual asesor del Ente de la Movilidad de la ciudad y docente de postgrado de la Facultad de Ingeniería de la UNR, coincidió con ese análisis. Remarcó que estas vías “son totalmente negativas e ilegales. Por definición, las autopistas no pueden tener accesos directos desde la propiedad frontal, o de vecinos lindantes, deben hacerse en los caminos de servicios laterales, paralelos o colectores”.

Explicó que habitualmente las colectoras “llegan a una intersección oficial con un puente y conexión a la autopista a través de ingresos, egresos y salidas controladas. La autopista debe ser una vía con accesos totalmente controlados. Quiere decir que un vehículo puede circular a la velocidad legal sin disminuir la marcha desde el comienzo hasta el fin, nada lo puede interferir”.

Y recordó que técnicamente esas salidas o ingresos “deben ser anunciadas tres veces mediante cartelería. Cuando se transita a velocidad de autopista, hasta llegar a una salida oficial, se circula sin bajar la velocidad y el vehículo se incorpora al carril de desaceleración. Se pasa de 120 u 80 kilómetros por hora a 60, velocidad en la que se puede acometer una primera curva (del rulo). Esa maniobra no se puede hacer sobre la autopista”.

Para las entradas, que siempre están a la derecha, el especialista explicó “que se toma la curva suave, y en ese tramo se puede acelerar a 60 kilómetros por hora en el carril paralelo a la autopista para integrarse al tránsito de modo seguro. De esa manera el tránsito circulante o pasante no se perturba, de lo contrario pueden ocurrir accidentes”.

Anularlas

Tazzioli distinguió la diferencia con las vías ilegales para evidenciar el peligro. “No tienen el carril de aceleración, son cortas, no hay espacio para acelerar a velocidad de autopista. Los conductores entran a velocidad muy baja y eso lleva a que la gente que viene transitando se encuentre con un vehículo. Si la gente viene distraída o aburrida, frena o hace una maniobra, y se generan siniestros”.

Como primera medida, el ingeniero entiende que “Vialidad Nacional debe aplicar el poder de policía y prohibir las entradas directas”. O que en casos “muy excepcionales, tengan carriles de aceleración y desaceleración. Para eso deben contar con una estructura importante, una extensión que permita desaceleraciones a 100 kilómetros por hora en 150 o 200 metros”.

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