La canasta escolar de este año viene con aumentos cercanos al 30 por ciento en comparación con la del inicio del ciclo lectivo pasado, antes de la pandemia de coronavirus. Si bien la variación es menor, ya que entre 2019 y 2020 este combo conformado por alrededor de 25 artículos sufrió un incremento del 40 por ciento, para tener todo listo en caso de que se habiliten definitivamente las clases presenciales los padres tendrán que contemplar un piso de entre 2.500 y 3.000 pesos para abastecer a sus hijos de útiles y otros elementos, sin tener en cuenta artículos adicionales ni uniformes, en el caso de los colegios privados. Las mochilas, cartucheras y carpetas, además de ofrecer una amplísima variedad de diseños, son los productos que inclinan la balanza hacia una canasta más cara.

El calor de estos días y una falta de definición concreta sobre el retorno a las aulas hace que el movimiento no sea demasiado en las librerías y comercios de artículos escolares. Por el momento, la ministra de Educación de Santa Fe, Adriana Cantero, afirmó que se pondrá en marcha un sistema bimodal o de alternancia semanal entre clases en las aulas y a distancia, con grupos reducidos de menos de quince estudiantes y horarios un poco más acotados.

Además, según adelantó la funcionaria, el 17 de febrero volverán a las escuelas los grupos prioritarios: séptimo grado de la primaria y quinto y sexto años de las escuelas secundarias. Mientras que el 15 de marzo comenzará el ciclo lectivo.

“Empezó a moverse muy poco. No se ve en las ventas, porque tampoco se sabe cuándo y cómo van a empezar las clases”, indicó el encargado de librerías Lader, Diego Martínez, y agregó que “hay gente comprando algunas mochilas, cartucheras o algunas listas de preescolar, pero es muy poco el movimiento en estos momentos”.

“Ahora, más o menos es un 25 por ciento de aumento, según lo que estuvimos viendo. Es muy difícil saber porque algunas cosas nuevas son incomparables en cuanto a los precios. Pero lo básico ronda en ese porcentaje”, ahondó sobre los incrementos que ya están contemplados sobre la canasta básica, conformada por mochila, cartuchera, carpeta, cuaderno, plasticola, tjiera, témperas, lapicera, corrector, marcadores, lápices de colores, lápiz, carpeta de dibujo, block de hojas de dibujo, goma de borrar, sacapuntas de metal, folios, repuesto de hojas para la carpeta, cartulinas, papel glasé, set de reglas, brillantina, pincel y acuarelas.

Mochilas, por las nubes

Si bien la emoción de cualquier chico es cambiar la mochila y la cartuchera antes del inicio de clases, muchos padres lo pensarán dos veces ya que el año pasado, al margen de que las clases continuaron de manera virtual, estos elementos prácticamente no se utilizaron.

Precisamente, son estos productos los que marcan la diferencia en el precio final de la canasta escolar: como base, las mochilas cuestan alrededor de 1.000 pesos, pudiendo escalar según los motivos y los agregados que traigan hasta los 6.000 pesos (algunas vienen incluso con mini aros de básquet y su respectiva pelota, o con pequeños arcos de fútbol); en cuanto a las cartucheras, una básica puede salir 100 pesos, pero ese precio puede aumentar hasta los casi 2.000 pesos en variantes de personajes de Disney o algunas con luces incorporadas.

Otro artículo con capacidad para mover la balanza a la hora de calcular un precio estimado sobre la canasta escolar es la carpeta. La clásica de color negro se ubica en torno a los 150 pesos, pero a medida que se buscan distintos motivos, colores o hasta con cierre, el precio puede escalar hasta los 700 pesos.

En pinturitas, por ejemplo, el aumento no supera el 15 por ciento en algunos casos. Pero como los otros artículos, hay desde baratas de 100 pesos hasta un poco más caras, arriba de 300.

Buenas ventas mayoristas de útiles en calle San Luis

En calle San Luis los precios no difieren demasiado con los que tienen las librerías que se ubican a metros de la peatonal Córdoba. Sin embargo, en el acumulado, un combo con los elementos básicos para poder arrancar las clases puede oscilar entre 2.000 y 2.500 pesos. El precio final siempre va a estar atado a moverse de esos artículos indispensables.

“No hubo mucho movimiento minorista, pero sí mayorista. Es gente que viene de los barrios, donde se vende bien”, afirmaron en la librería Tío Tom. En esta arteria, los precios mínimos son similares a los que se pueden encontrar en la peatonal, algunos más bajos, pero los máximos o los productos con más variantes, como las mochilas, se pueden conseguir por menos de 2.500 pesos.