La embajada de Rusia criticó este martes las acusaciones del Gobierno vinculadas con la difusión de un audio en el que se escucha a la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, hecho por el que apuntaron contra supuestos ex agentes de inteligencia rusos.

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich se refirió este lunes al escándalo de los audios, y sostuvo que su filtración se habría generado a partir de la intervención de «personas ligadas a servicios de inteligencia rusos», mencionando además la presunta «incidencia de Venezuela».

La funcionaria aseguró también que la filtración de las grabaciones “forma parte de un ataque a una de las principales figuras del Gobierno nacional”, por lo que el Ejecutivo presentó una denuncia este lunes.

Ante los dichos de Bullrich, desde la misión diplomática rusa en Argentina emitieron un comunicado en el que apuntaron que desde el Gobierno “no se han aportado ningunas pruebas” que respalden las acusaciones.

“Lamentamos observar que en el contexto de otro escándalo político interno de gran repercusión mediática nuestro país vuelve a ser mencionado de forma negativa”, comienza el escrito de la Embajada de Rusia.

     

Y sigue: “Se han expresado públicamente algunas suposiciones sobre la posible grabación de conversaciones telefónicas en Casa Rosada por servicios de inteligencia rusos (y venezolanos), supuestamente con el objetivo de desestabilizar al Gobierno. No se han aportado ningunas pruebas al respecto”.

“Rechazamos categóricamente estas acusaciones, considerándolas infundadas y falsas. El deseo de ver «espías rusos» en cada esquina es irracional y destructivo”, agregaron.

Y concluyeron: “Rusia aboga constantemente por la construcción de una cooperación equitativa y mutuamente respetuosa con Argentina, en el marco de una asociación estratégica integral basada en la sólida amistad entre nuestros pueblos. El próximo mes de octubre, deseamos celebrar juntos el 140º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas ruso-argentinas con este espíritu, y no bajo la influencia de una historia de espionaje ficticia”.

Denuncia de una “red de espías” rusos<br. < h2=»»>

Esta no es la primera ocasión en la que el Gobierno de Javier Milei denuncia presuntas operaciones de agentes de inteligencia de Rusia en el país. A mediados de junio pasado, el vocero presidencial Manuel Adorni comenzó una de sus conferencias anunciando que la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) había detectado “un grupo de residentes rusos en Argentina que estaría realizando tareas sospechosas a favor de los intereses geopolíticos de Rusia, en estrecha comunicación con argentinos”.

El portavoz agregó en aquel entonces que los cinco ciudadanos rusos identificados forman parte de una entidad ligada al gobierno ruso llamada La Compañía. Además, la vinculó con otra organización, Proyecto Lakhta, dirigida por Lev Konstantinovich Andiashvili y su esposa Irina Lokovdenko, encargada de recibir fondos y fortalecer vínculos con actores locales.

Y sostuvo: “La compañía tiene como objetivo formar un grupo de personas leales a los intereses de Rusia para llevar adelante campañas de desinformación e influencia contra el Estado argentino”.

Dichas afirmaciones también motivaron, en su momento, una respuesta por parte de la Embajada de Rusia en Argentina, que aclaró que las personas mencionadas “no están registradas en la sección consular de la misión rusa” y aludió a países como Estados Unidos, al expresar que “lamentablemente esta no es la primera ola de acusaciones de espionaje vinculadas a intentos de adversarios” rusos “para dañar las relaciones entre Rusia y Argentina”.