La ex empleada maltratada y despedida por Triaca contó que tiene «mucho cuidado cuando sale a la calle» porque teme que le pase algo como consecuencia del escándalo con el ministro de Trabajo. «Siempre les fui fiel a ellos», dijo y lamentó que nunca le pidieron perdón por todo lo que pasó. «Triaca debería renunciar», subrayó.
«Tengo miedo de lo que me pueda llegar a pasar a raíz de esto, tengo cuidado cuando salgo a la calle», confesó Sandra Heredia, la ex empleada del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que denunció al funcionario de Cambiemos y a su familia por tenerla como trabajadora no registrada y por «daños y perjuicios». La ex casera de la quinta de los Triaca ratificó que a ella nunca le pidieron perdón por lo sucedido y sostuvo: «Triaca debería renunciar».
Heredia denunció a la familia Triaca después de trabajar años en negro en la quinta de la familia del ministro, tras recibir un durísimo audio vía WhatsApp en el que el titular de la cartera de Trabajo la insultaba y amenazaba. Tras el escándalo, también se supo que Triaca la había nombrado como interventora delegada del SOMU en San Fernando, a pesar de que no contaba con experiencia sindical.
Yo no quería hacer nada, pero me dolió que me hayan tratado de chorra y me hayan roto la puerta de mi casa como si fuese pepita la pistolera», lamentó entre llantos Heredia, en diálogo con FM La Patriada, y en otro tramo de la entrevista agregó: «No me pidieron perdón personalmente por los daños que me ocasionaron».
El destrato laboral se cerró por un acuerdo de 340 mil pesos con Carlos Triaca, quien puso la cara como empleador moroso, pero a través de su abogado Walter Lasagno, Heredia presentó una nueva demanda contra su ex patrón por «daños y perjuicios».
«Dijo que yo tenía problemas mentales en un programa de televisión», recordó Heredia, quien volvió a lamentarse: «Para esta gente que tiene mucha plata, vos sos una mina que tenés que laburar y te tienen que negrear y es así».
«Siempre laburé y fui refiel a ellos. Yo no me porté mal como para que me hagan una cosa así», reclamó la ex casera en un tono de relación de dependencia, que la llevó a poner su nombre como interventora del SOMU a pedido del ministro de Trabajo. Y no solo ella, ya que confirmó que el jardinero de la familia Borsalino, cuñado de Triaca, estaba registrado como empleado en el SOMU.
El caso de Heredia en el SOMU fue solo la punta del iceberg de la mecánica utilizada por el Gobierno para ocupar los lugares del sindicato intervenido por Triaca. Como informó PáginaI12, la lista es extensa y alcanza, al menos, a 172 personas entre las que figuran militantes y ex legisladores del PRO e incluso hasta un amigo y el yerno del juez que ordenó la intervención, Rodolfo Canicoba Corral.