La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, fue una de las principales figuras de la oposición que no repudió el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernánde de Kirchner.

«No me gusta que me quieran obligar, como si fuera una policía de la palabra, a usar determinada palabra. Dije que ante un hecho de terrible gravedad, siempre estoy contra la violencia y por el imperio de la ley», expresó la exministra de Seguridad.

«No me gusta que venga una policía de la palabra a decirme que tengo que usar tal palabra, porque sino la dije no repudié», insistió en su argumento Bullrich, quien aprovechó para volver a intentar sacar rédito político de la situación, criticando a Alberto Fernández por «dar inmediatamente un feriado nacional en un país que necesita trabajar».

El presidente «dijo que los responsables de este atentado son la prensa, la oposición y la Justicia, me pareció de una enorme bajeza», opinó este sábado en el programa «La Noche de ML».

La seguridad de CFK

En una mesa que también contó con la presencia de Santiago Maratea, Luis Majul, Karina Jelinek y Marcelo Polino, Bullrich reivindicó su gestión como ministra de Seguridad de Macri y señaló, a modo de contraste, las «fallas» que tuvo el operativo de seguridad que protegía a la vicepresidenta.

«Le dejamos a la Presidencia de la Nación a la mejor custodia del mundo, porque había venido el G20. Compramos camionetas con el mejor blindaje, unas mantas antibalísticas, como chalecos antibalas. Unas custodias debían sacar a la vicepresidenta, otro retener a la persona y la policía de la calle debería encargarse de ello«, enumeró.

«Ellos», en cambio, «confiaron mucho en la idea de que la militancia los cuidaba. Se dejaban rodear por la militancia, pero despreciaban lo profesional. En la militancia se te cuela cualquiera, y más si no tenés una valla o un arco para ver si la gente tiene armas o no«, agregó sobre el accionar de las custodias de CFK.

La investigación del atentado

La exfuncionaria macrista también se pronunció sobre la investigación que intenta determinar si existió financiamiento para matar a la vicepresidenta, y apeló a la teoría de los «loquitos sueltos» y a bajarle trascendencia al intento de magnicidio. «No hay mucho dinero detrás de esto, es una pistola vieja, es una organización detrás de un WhatsApp», dijo.

Además, propuso correr a la Policía Federal de la causa. «Un tema fundamental es sacarle la investigación a las fuerzas que estuvieron en el lugar. Debería haber ido a Gendarmería, a Seguridad Aeroportuaria (PSA) o a Prefectura y no a la Policía Federal. No por nada, porque son profesionales, pero puede haber algún lazo de amistad», indicó.