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Vicentin: Banco Nación rechazó la nueva oferta de pago y acepta analizar participación estatal para evitar la quiebra

En diálogo con Rosario3, el titular de la entidad bancaria, Eduardo Hecker, calificó de «inaceptable» la propuesta de la aceitera. Y sobre el involucramiento del banco en el cram down dijo: «Lo tiene que autorizar el presidente»

El Banco Nación, principal acreedor de Vicentin, rechazó este jueves la nueva propuesta de pago que hizo la agroexportador en default. “Nos parece inaceptable, tanto como acreedor quirografario como acreedor privilegiado”, le dijo este jueves por la tarde a Rosario3 el presidente de la entidad crediticia, Eduardo Hecker, quien consideró poco probable que la propuesta concursal prospere. “El Banco Nación tiene la posibilidad de ejercer el derecho de pedir la quiebra. Y la nueva propuesta no representa un buen camino para evitar esa opción”, advirtió el alto funcionario en diálogo telefónico con este medio.

Por el contrario, el banquero se mostró abierto a explorar la idea de los acreedores granarios de explorar alternativas para evitar la quiebra que involucren al Estado. “El Cram Down podría ser un camino y los créditos que otorgó el Banco Nación podrían activar una participación del Estado Nacional”, dijo Hecker sobre la alternativa que este jueves por la mañana puso sobre la mesa el Fideicomiso de Acreedores Granarios de Vicentin.

Vicentin presentó esta semana un borrador de propuesta en la que ofrece pagarle a los acreedores quirografarios el 20% de la deuda dolarizada en dos cuotas anuales (2022/2023). Al Banco Nación, acreedor privilegiado (y también quirografario), le propuso abonar en 15 años, y en el mejor de los casos, u$s143 millones de los u$s300 millones prestados que financiarían a través del rendimiento de la planta de etanol del grupo.

Como novedad, Vicentin propone vender sus acciones en Renova por u$s300 M (en dos cuotas 2022 y 2023) para financiar parte el pago inicial de los acreedores. También se quiere desprende de sus planas el norte santafesino y su fábrica de etanol.

“La propuesta es inaceptable ya que implicaría el desguace de la empresa y la pérdida de puestos de trabajo. Además, favorece la concentración al desaparecer Vicentin como unidad productiva agroexportadora por vender Renova y estar 15 años trabajando sólo a fazón para luego dividiéndose las plantas del Gran Rosario entre los tres compradores, Molinos Agro, Viterra y ACA», dijo Hecker.

«Es un despropósito hacer una propuesta solo sobre un grupo de empresas y luego ofrecernos a avanzar en un consenso para un plan para el “nodo norte”, que están escindiendo de sus plantas del sur, ya que el crédito del Banco Nación se destinó al conjunto de Vicentin”, se quejó.

“No sólo es una propuesta insuficiente para nuestro banco, sino que además se quieren desprender de sus principal activo estratégico, que es su participación en Renova, lo que genera una pérdida de valor del grupo y abre muchos interrogantes sobre el desenvolvimiento futuro de sus negocios”, insistió el ejecutivo.

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“Con respecto al banco, nos parece inaceptable, además de la quita, que nos quieran pagar con el producido de la planta de etanol. Parece que como no se la pueden vender a nadie, le buscan el lugar de generar los fondos para pagar la deuda al Banco en el largo plazo. Pero no vemos la consistencia en las proyecciones de flujo. Este gobierno nacional impulsa el bioetanol, ¿pero si llega otro gobierno que, a pedir de la petroleras, cambia el marco regulatorio? ¿Quién sabe qué va a pasar en 10 años? ¿Y si la planta queda obsoleta por falta de inversiones? No hay garantías”, especificó el banquero.

“Primero nos dijeron que la planta de etanol generaba 400 mil dólares al año. Luego que son 4 millones. Al Banco, como acreedor privilegiado, le deben 225 millones de dólares (que con intereses está en 246 millones de dólares), y nos quieren pagar de 4 millones al año. Es una propuesta tan fantasiosa como inaceptable”, se despachó el alto funcionario.

En otro momento del diálogo con Rosario3, el presidente del Banco calificó de “potente” al avance de la causa penas contra Vicentin en Rosario. “Además de no aceptar la propuesta de la naturaleza que ofrecen, vemos con disgusto la permanencia de  Vicentin. Quieren mantener el 10% y parce mucho. Sería como mantener zorritos cuidando el gallinero. Ellos son los culpables y responsables de todo lo que está pasando”, cargó.

El Estado, adentro

Esta mañana, el referente del Fideicomiso de Acreedores Granarios de Vicentin, Mariano Grassi, además de rechazar la nueva oferta, señaló que “sin la participación del Estado en la solución de Vicentin, no hay salida posible sin daños irreparables para los acreedores granarios”.

«Estoy convencido que, para que los granarios podamos aportar y recuperar la mayor parte de nuestra acreencia, debemos generar un cambio de 180 grados en una alternativa para el Cram Down y convencer al Banco Nación y a los bancos internacionales para que participen en el armado de esa solución», dijo el cerealista.

Grassi no piensa en alternativas que, en su momento fueron muy polémicas, como la intervención o la estatización, sino –siguiendo los carriles del concurso- el ingreso del Estado como accionista de la empresa en relación a las acreencias que ostenta, por lo que no sería controlante.

¿Qué opina el Banco Nación? Ante la consulta de Rosario3, Hecker respondió: “Estamos dispuestos mantener el diálogo y buscar soluciones. El Cram Down podría ser un camino y los créditos que otorgó el BNA podrían ser parte de una participación del Estado Nacional”.

Según contó, el Banco no va capitalizar sus acreencias, pero el Estado tiene mecanismos para involucrarse. “Está la posibilidad de subrogar en otras organizaciones los derechos que emergen por los créditos otorgados. Es un camino que hay que empezar a analizar, pero leí esta mañana las declaraciones de Grassi y coincido con que el Banco Nación pude ser parte de la solución. Por ahí no es a través del Banco Nación, y es un tema complejo, pero se me ocurre que se pueden armar sinergias interesantes. Hay que hablarlo y pensarlo”, resaltó.

No obstante, Hecker fue terminante al señalar que “todo tiene que tener el visto bueno explícito del presidente Alberto Fernández y de todos los organismos oficiales involucrados”. Es más, al tratarse de un tema muy delicado, el presidente del Banco se cuidó en aclarar que no están pesando en “empresas testigo”, “la mesa de los argentinos” o “intervenciones y expropiaciones”, sino que “se trata de participar en la búsqueda de soluciones en base a los derechos que nos da la deuda de Vicentin, como ocurre con el resto de los acreedores privados”.

Es más, luego de todo lo que fue el complejo proceso del 2020 cuando el Estado quiso intervenir a Vicentin, desatando movilizaciones opositoras en distintos puntos del país, el funcionario se preocupó en resaltar que “estoy respondiendo a la convocatoria de ser parte de la solución que está haciendo el grupo de Grassi, pero anticipando que no queremos entrometernos en la propiedad privada de nadie”.

Incluso, Hecker resaltó que “la violación a la propiedad privad la hizo Vicentin cuando dejó de pagar los granos que recibió y los créditos que tomó no por una situación económica crítica del país, sino que –como mostró la auditoría forense y están mostrando las investigaciones penales- hubo una gran estafa”.

Finalmente, el presidente del principal banco del país llamó a no perder el foco de lo que está ocurriendo. “Los 300 millones que no pagaron representan créditos para 6.000 pymes con la generación de 300 puestos de trabajo. De todo esto se está privando el país por el impago de Vicentin con el Banco Nación”.

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