Tras una semana de tensión cambiaria con un dólar récord en $20,36, el futuro del billete verde y su repercusión en precios volvió a colarse en la agenda económica local. En este contexto, el exdirector del Banco Central, Arnaldo Bocco, considera que este raid alcista no encontró aún su techo y que se trasladará rápidamente a las góndolas. “El impacto de este dólar en la formación de precios es inevitable”, sostuvo en diálogo con ámbito.com.
Asimismo, el economista criticó duramente el rol de la entidad monetaria que dirige, Federico Struzzenegger, en la política cambiaria. Por otra parte recalcó que el problema está en “el fuerte nivel de endeudamiento que tiene el país” al tiempo que advirtió por “los dólares que se necesitarán para comenzar a pagar los intereses desde este año”.
Periodista: ¿Cuáles cree que son los motivos de esta nueva escalada del dólar?
Arnaldo Bocco: Hay causas locales muy marcadas y situaciones internacionales. Si una es más importante que la otra todavía no lo sabemos, son pocos días. Mi impresión es que Argentina está en una situación difícil porque tiene un problema en el sector externo muy serio. Entiendo que hay muchos economistas que piden que se baje el déficit fiscal pero el problema ahora es la amortización de la deuda. Desde 2018 en adelante habrá que acostumbrase a que vamos a estar pagando entre u$s 10.000 y 12.000 millones de piso que todavía no sabemos de dónde van a salir.
P.: ¿Cuánto impacta el factor externo entonces?
A.B.: Argentina necesita hacer un roll over, hay que ver si lo puede hacer con comodidad o si efectivamente el mercado internacional va a tomar distancia porque el país tiene tres nudos muy fuertes de salida de dólares. El primero es que tiene un déficit en el sector externo del orden de u$s 8.500 millones que este año seguramente será un poco más alto. Tiene una salida por turismo que alcanza los u$s 10.000 millones y tiene un nivel de atesoramiento que está en el orden de los u$s 20.000 millones. No hay manera de conseguir que el superávit comercial que pudiera tener eventualmente el país con un tipo de cambio más alto compense esa salida, entonces hay un endeudamiento inevitable que hasta aquí lo vino paleando con la emisión de deuda que está en el orden de los u$s 130.000 millones. ¿Se puede seguir con ese derrotero? Esa es la duda.
P.: ¿Hasta cuándo cree que se mantendrá esta tendencia alcista?
A.B.: El techo dependerá de donde consideren atractivo los exportadores o a los jugadores del mercado financiero. No nos olvidemos que en 2017 entraron casi u$s 10.000 millones en préstamos financieros que son los que se convirtieron a pesos y se fueron a Lebacs y de Lebacs se fueron a la bolsa y ahora se están yendo de la bolsa. Hay que ver qué pasa, si se van de la Argentina o no se van. Estamos en medio de una situación no inmanejable pero de las que no son muy simples de manejar.
P.: ¿Cuál debería ser el rol de BCRA en este contexto?
A.B.: El Banco Central está usando el método más clásico de la Argentina: usar la banca pública. Eso significa sacrificar a la banca pública a que se deshaga de dólares para que de alguna manera no le obligue a vender reservas que ganó gracias al endeudamiento externo. Ahora no es la mejor solución patrimonialmente porque la política monetaria la tiene que hacer el Banco Central, no los bancos públicos. La volatilidad se debe manejar desde el BCRA y no desde las mesas de dinero del Banco Nación, Provincia o Ciudad.
P.: ¿Esta suba en el dólar se trasladará a precios?
A.B.: No tengo dudas que se trasladará a precios. Primero porque el Gobierno indujo a una dolarización de la economía con los servicios públicos, logística, transporte, combustibles. Entonces esta suba se va a trasladar a precios. El dólar desde hace dos meses pasó de $ 17 a $ 20,30 o $ 20,50. Esto implica que hay perdedores que son los asalariados, porque la inflación no será del 15%. Hay perdedores también en el consumo del mercado interno porque los precios van a ser más altos y generará más inflación. Evidentemente va haber menor actividad económica con este esquema.
P.: En este contexto, ¿es creíble la posibilidad de llegar a la meta inflacionaria del 15%?
A.B.: Con este cambio de ahora ya estamos por encima de 20% de inflación porque el impacto de este dólar en la formación de precios es inevitable. Primero porque hay una gran cantidad de productos importados que se consumen en el mercado local, segundo porque hay insumos que también son importados. Los alimentos van a estar más caros porque en la Argentina a diferencia de otros países cuando hay devaluación rápidamente suben los precios de la materia prima y de los productos básicos.
P.: ¿La liquidación de cosecha podrá apaciguar esta suba?
A.B.: Tanto la Bolsa de Rosario y el ministerio de Agroindustria han estimado que había aproximadamente entre u$s 6.000 y u$s 7.000 millones sin liquidar. Si los van a vender los productores con este dólar, habría que ver. Quizás estén buscando un techo más alto pero es natural que este sector esté esperando un tipo de cambio más alto.