Las importaciones alcanzaron los 66.899 millones, lo que implica una suba de casi el 20 por ciento con respecto a 2016. Las exportaciones solo crecieron un 0,9 por ciento, con un total de 58.428 millones de dólares.
La balanza comercial terminó el año pasado con un déficit de 8471 millones de dólares, lo que implica un marcado deterioro frente al superavit de 1969 millones del año pasado, a punto tal que lo convierte en un record histórico. En doce meses, las importaciones alcanzaron los 66.899 millones, con una suba del 19,7 por ciento frente a 2016. En cambio, las exportaciones terminaron apenas 0,9 por ciento por encima del año previo, con un total de 58.428 millones de dólares.
Las compras al exterior fueron motivadas por el proceso de apertura comercial que se expresa en la fuerte suba en el ingreso de bienes de consumo y autos, junto a los bienes de capital en sectores como el automotor, maquinaria agrícola y vial y teléfonos celulares. La debilidad de las exportaciones se explica por el desempeño del sector primario y las manufacturas agropecuarias, rubros hacia donde el Gobierno redirigió las transferencias fiscales en detrimento de los subsidios a los servicios públicos. El déficit de diciembre se ubicó en 847 millones de dólares.