Funcionarios del Servicio Público Provincial de Defensa Penal (SPPDP) inspeccionaron la Unidad Penitenciaria Nº 3 y la nueva Alcaidía Regional de Mujeres de Rosario.
Funcionarios del Servicio Público Provincial de Defensa Penal (SPPDP) inspeccionaron la Unidad Penitenciaria Nº 3 y la nueva Alcaidía Regional de Mujeres de Rosario. En general se advirtieron problemas de cableado eléctrico, humedad en las paredes, desagües cloacales tapados. En la flamante cárcel de mujeres la internas alertaron que no hay utensilios para conservar los alimentos y carecen de asistencia médica. Cabe recordar que el 31 de enero murió electrocutado un interno en la cárcel Nº 3 de Riccheri y Zeballos.
El viernes pasado miembros del registro provincial de casos de violencia institucional y afectaciones de derechos humanos del SPPDP visitaron la Unidad Nº 3 para inspeccionar cómo viven los 272 internos relevados hasta el momento. En la recorrida los funcionarios dialogaron con los reclusos de los pabellones A, B, 4, 5, 8 y el sector de resguardo. Según la observación, todos los pabellones tienen similares problemas de infraestructura: condiciones edilicias muy deterioradas, instalaciones eléctricas precarias sin disyuntores y con cableado casero expuesto. Además, el desagüe cloacal está tapado y por momentos rebalsa de materia fecal.
En los sectores 4, 5 y 8 los internos afirmaron no estar recibiendo atención médica adecuada. Además, se advirtieron pérdidas de agua en techos y paredes corroídas. En el pabellón «A» el techo de chapa no está completo.
Flamantes problemas
Sobre la flamante Alcaidía de Mujeres inaugurada días atrás en 27 de Febrero al 7800, la construcción es nueva aunque parece tener fallas diseño y servicios según se desprende de los reclamos de las 69 mujeres con nueve niños trasladadas desde la vieja cárcel Nº 5. La visita tuvo como objeto recorrer las instalaciones, entrevistar a las internas y constatar cómo están. El informe refirió «serias irregularidades; las condiciones de alojamiento no satisfacen los estándares mínimos en materia de encierro».
«Hay problemas comunes que afectan a todos los espacios visitados: faltan artefactos para mantener alimentos y lavar la ropa; problemas por la falta de atención médica y de agua potable; mal funcionamiento de sanitarios; falta de electricidad; la ausencia total de comunicación con el exterior, ya que no poseen teléfonos (públicos o celulares) para contactarse con familiares y abogados».
Según el relevamiento, esa situación se vio agravada en el módulo B del pabellón 2, donde conviven las internas con sus hijos pequeños. «Han tenido problemas con los refuerzos alimentarios para sus hijos y para asistir en los turnos programados a los hospitales, siendo la mayoría por consultas pediátricas u obstétricas».
El SPPDP presentó un informe al secretario de Asuntos Penitenciarios, Pablo Cococcioni, para mostrarle el resultado de la inspección y requirió la pronta solución de los problemas.