Fue durante una autopsia realizada en la morgue judicial a pedido de su familia.

Luego de más de dos horas de análisis los peritos forenses de la Morgue Judicial finalizaron la autopsia al cuerpo de la periodista Débora Pérez Volpin, fallecida este martes en el Sanatorio de la Trinidad.

El estudio se hizo a pedido de la familia de la también legisladora porteña, ya que no están conformes con la explicación que dio la clínica privada sobre los motivos de la muerte, que se dio mientras le practicaban una endoscopía, que es un estudio de riesgo muy menor.

En tanto, si bien los familiares y la morgue señalaron que no darían precisiones, fuentes de la pericia dejaron trascender a la prensa que en el cuerpo de la periodista se encontraron perforaciones en el estómago y el esófago.

Para los peritos, las perforaciones halladas en el estómago y el esófago son clave para determinar que existieron responsabilidades de los médicos del Sanatorio de la Trinidad durante la endoscopía. Esto es, que Pérez Volpin no sufrió una muerte súbita.

Según el procedimiento, los forenses deben primero informar al juez sobre los resultados macroscópicos (lesiones de órganos). Sin embargo no alcanza esta autopsia para determinar si la anestesia (hoy en el principal foco de la sospecha) influyó en el triste descenlace.

La causa fue caratulada como «homicidio culposo» y está a cargo del juez Gabriel Ghirlanda y de la fiscal Nancy Olivieri.