Iglesia

Francisco sacude la Iglesia de California: nombró cardenal al obispo progresista de San Diego y postergó al líder del Opus Dei de Los Ángeles

Eligió al progresista Rober McElroy y dejó de lado al latino José Gómez, el poderoso líder conservador de la Iglesia en Estados Unidos que pertenece al Opus Dei. Críticas de la derecha católica ante el giro político.

A casi 10.000 kilómetros de distancia, el Papa Francisco generó desde el Vaticano un estruendo que impactó en California. El Sumo Pontífice nombró cardenal al ahora ex obispo de San Diego, Robert McElroy, un colaborador muy afín a las posturas liberales y de justicia social y pasó por encima del obispo de Los Ángeles, José Gómez, el poderoso presidente de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos.

 

 

Un campo común entre el obispo Gómez, jerarca indiscutido de la Iglesia a nivel nacional, y el cardenal McElroy ha sido la defensa de los migrantes e inmigrantes, un tema muy importante para los feligreses católicos estadounidenses y para el obispo de Los Ángeles, un inmigrante mexicano.

 

Pero en otros temas sociales, el ahora cardenal sigue el liderazgo del Papa Francisco y se opone a posturas conservadoras de obispos estadunidenses que lidera Gómez, con relación a la comunidad LGBTQ, la aceptación de que el presidente Joe Biden sea católico que respalda el derecho al aborto, y la postura frente a los movimientos sociales.

 

 

Las diferencias entre ellos son históricas y la opción de Francisco no deja lugar a dudas. Mientras que el obispo Gómez criticó al llamar «una presunta religión» el movimiento de Black Lives Matter contra la violencia policíaca a la que parecía no importar las vidas negras, el cardenal McElroy pidió que se averiguara por qué los manifestantes protestaban.

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Además, el elegido de Francisco también sigue su línea con respecto a la protección al medio ambiente.

 

Al nombrar cardenal a McElroy, de 68 años de edad, el Papa también pasó sobre la jerarquía de los obispos de las diócesis de Los Ángeles y San Francisco, no solo las más grandes y numerosas en California, sino en Estados Unidos.

 

Como presidente de la Conferencia de Obispos y líder de la diócesis más grande del país, Gómez es uno de los católicos más poderosos de Estados Unidos. Lleva 17 años como obispo de Los Ángeles, uno de los reinados actuales más largos en el catolicismo estadounidense.

 

La decisión del Papa ha generado furia en los sectores más conservadores de la izquierda. A la derecha, el padre Thomas G. Weinandy, columnista de publicaciones eclesiasticas describió el desaire papal a Gómez como un «insulto» por motivos políticos. El obispo de Los Angeles tiene 71 años. Nació en Monterrey, México, y se integró muy joven al Opus Dei, a fines de la década del setenta.

El Papa nombró en el Vaticano a 21 nuevos cardenales que participarán en la elección del siguiente Papa y tendrá fuerte injerencia en el futuro de la Iglesia. McElroy fue el único nuevo cardenal estadounidense y uno de los más jóvenes.

 

De acuerdo con declaraciones que McElroy hizo al volver a San Diego, el Papa les pidió ejercer «un poder sin pretensiones». En su primera misa de vuelta a San Diego, el cardenal McElroy dijo que la humildad que el Papa les pidió significa «dejar de lado las pretensiones y fachadas que a menudo tenemos para tratar de parecer mejores de lo que somos a los demás para desafiarlas y enfrentar el impulso que todos tenemos de anteponer nuestros propios intereses a los de los demás».

 

Esa es precisamente la actitud que ha caracterizado a McElroy desde que llegó de San Francisco a San Diego en el 2015: ha defendido siempre la idea de que la región entre Tijuana, México, y San Diego, California, es una sola región con feligreses en ambos lados de la frontera. Los obispos de esas dos ciudades felicitaron a McElroy cuando lo postuló el Papa, pero no al convertirse en cardenal.

 

El obispo Salvatore Cordileone de San Francisco dijo que el cardenal electo McElroy es un nativo de San Francisco que fue ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de San Francisco en 1980. Fue obispo auxiliar en la Arquidiócesis de 2010 a 2015 antes de ser designado para dirigir la Diócesis de San Diego, donde ha servido desde entonces.

 

Su colega en Los Ángeles, el gran derrotado, también ofreció declaraciones de ocasión. «Al nombrar cardenal al obispo Robert McElroy, el Papa Francisco ha demostrado su cuidado pastoral por la Iglesia en los Estados Unidos», dijo el obispo Gómez. Después agregó: «Su fe fuerte y la preocupación pastoral por los fieles que ha mostrado en su diócesis servirán bien a la Iglesia global. Únase a mí para orar por la continuación del ministerio del obispo McElroy».

 

El nuevo cardenal opina que los temas sociales deben tener prioridad. Por ejemplo, ha dicho, «a la larga la migración y el cambio climático pueden significar muchas muertes», tanto como la pobreza.

 

En un mensaje a los feligreses de San Diego, horas antes de ser nombrado cardenal, McElroy había destacado que la garita o puerto de entrada de San Ysidro, en este condado en los límites con México, es el punto fronterizo más transitado en el mundo, pero esta frontera también es importante corredor de indocumentados.

 

En San Diego somos un importante puerto de entrada. Centrarnos en los migrantes y refugiados y es una gran fuente de alegría. Estamos haciendo presente el Evangelio y sé que es un tremendo elemento de por qué Francisco me nombró cardenal.

En más de una oportunidad, McElroy ha acompañado a los fieles que se reúnen a ambos lados de la valla fronteriza del Parque de la Amistad, entre Estados Unidos y México.

 

En Los Angeles Times, mientras tanto, el columnista Gustavo Arellano afirmó. «Merecemos un líder local con un lugar en las más altas esferas del Vaticano, porque somos una capital mundial con millones de fieles que encarnan el futuro de la Iglesia Católica. En lugar de asumir esta responsabilidad, Gómez, el primer arzobispo de ascendencia mexicana de Los Ángeles, la ha eludido prestando más atención a lo político que a lo pastoral».

 

El obispo Gómez fue uno de los más duros críticos al apoyo de Biden al derecho al aborto y el matrimonio homosexual. Además, consideró que la anticoncepción financiada por el empleador equivalían a «males morales» que «amenazan la vida y la dignidad humanas», dijo.

 

Las encuestas muestran que más católicos apoyan el derecho al aborto que los que no, pero Gómez se destacó por encabezar el intento de negar la comunión a cualquier político católico que votara por el derecho de la mujer a elegir. Al denunciar el ‘mal’ del aborto, el arzobispo de Los Ángeles se convirtió en la cara pública del plan que podría negarle la comunión al propio Biden.

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Estos movimientos hacen que Gómez sea popular entre la derecha católica, que está bien financiada, asciende y cuenta con una gran mayoría de jueces de la Corte Suprema como compañeros de viaje.

 

Gómez es el primer jefe de la arquidiócesis de Los Ángeles que no se convierte en cardenal desde que el arzobispo John Joseph Cantwell murió en 1947 después de liderar a los católicos del sur de California durante 30 años.

 

Eso significa que Gómez también ha abandonado el papel histórico de los cardenales de Los Ángeles como reflejo del sur de California y como líderes del catolicismo estadounidense.

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