El ex presidente de Uruguay José «Pepe» Mujica visitó a su amigo y flamante presidente electo de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva en San Pablo.
«Espero que Lula, que nunca dejó de ser un dirigente sindical, es decir, en viejo castellano, un desfacedor de entuertos, un gran negociador, pueda llevar al cauce esa alegría del pueblo brasilero. Aún con miseria y con pobreza, pero alegría al fin», agregó.
El siguiente paso de Lula da Silva
Para Pepe Mujica, «Brasil tiene un problema difícil que es su organización institucional, su Parlamento, que por momentos parece una Bolsa de Valores más que un Parlamento, porque existen enormes intereses estaduales que se expresan políticamente«.
Por eso «cuando el Gobierno central -cualquiera- quiere sacar algo tiene que negociar tiene que negociar con los intereses de las fuerzas estaduales y eso desemboca en un lenguaje por abajo que quiere decir ‘te voto esta ley pero me tenés que hacer un puente, una carretera allá’. Es decir, un mundo de negociaciones que no trascienden pero que tiñen todo el escenario político brasilero», explicó.
«No entendemos nosotros lo que es la realidad ‘abajo’ del sistema institucional brasilero, que tiene sus cortocircuitos. Y Lula va a tener que lidiar con eso inevitablemente», agregó el expresidente urugayo, que supo ser otro de los aliados políticos de Lula da Silva en la región.
«Soy amigo, lo siento. Estuve cuando estuvo preso, la noche que decidió no irse (de Brasil), lo fui a ver a la cárcel y la vida me dio aliento para verlo volver», expresó Pepe Mujica.
«Lo he visto exuberante, me asusta porque sé los desafíos de la edad. Los fruteros argentinos tal vez me entienden: Lula ha sufrido una especie de poda de restauración. Que la vuelta del amor en el ocaso de la vida… Se pierde una cosecha pero el árbol se rejuvenece. Lula está rejuvenecido por el amor y la esperanza«, sentenció.