El escándalo por la empleada de Triaca reveló los nombramientos de militantes y referentes de Cambiemos en el gremio intervenido por la actual senadora Gladys González. “Fue la caja de la campaña”, denuncia el ex concejal macrista Daniel García.
Cuando el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, despidió a su empleada Sandra Heredia a través de un mensaje grabado, con insulto incluido, es posible que no haya imaginado el costo político de esa decisión. Sobre todo porque aquel escándalo sacó a la luz que “Sandrin”, como la llamaba cuando la apreciaba, era también empleada de la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Una vez que se tiró de ese hilo saltó una nómina, incompleta por ahora, de 172 designaciones entre las que figuran militantes y ex legisladores del PRO e incluso hasta un amigo y el yerno del juez que ordenó la intervención, Rodolfo Canicoba Corral. Según el concejal de Avellaneda que rompió con el PRO, Daniel García, el control del sindicato “fue la caja de la campaña de (la ex interventora) Gladys González y el reducto de pagos para los militantes macristas”. García denunció a la actual senadora y aseguró a PáginaI12 que tanto ella como Triaca no sólo deberían renunciar sino hacerse responsables de “los oscuros manejos” en el SOMU.
Suele decirse que no hay peor astilla que la del propio palo y que las denuncias surjan de un dirigente político que participó del nacimiento del PRO, como es el caso de García, da cuenta de la vigencia del refrán popular. “Yo los conozco a todos y sé cómo se manejan”, dijo para luego afirmar que la intervención del sindicato que supo conducir Omar “Caballo” Suárez se pergeñó casi al mismo tiempo en que Mauricio Macri llegaba a la Casa Rosada. “El ideólogo es Juan Rinaldi quien supo ser abogado de laboralista del ‘Caballo’, que compartía la dirección de una consultora con el actual marido de González, Manuel Mosca”, señaló el concejal en referencia al actual presidente de la Cámara de Diputados bonaerense.