“Eso es sinónimo de impunidad”
El jefe de los diputados del PRO consideró que “hay que hacer como en Sudáfrica”. Desde los organismos de derechos humanos criticaron los fundamentos de la comparación y subrayaron que el caso argentino es ejemplo en el mundo.
Representantes de organismos de Derechos Humanos y referentes políticos expresaron su rechazo ayer por las declaraciones del jefe del bloque de diputados del PRO, Nicolás Massot, quien afirmó que “con los años ’70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación”. Desde los organismos replicaron: “reconciliación y perdón son sinónimos de impunidad” y criticaron los fundamentos de la comparación.
Massot afirmó que lo más importante para su generación es “poder cerrar los capítulos para poder avanzar como sociedad” y que lograrlo implica “no sólo memoria, justicia y verdad. Es también perdón”, en una entrevista con Clarín. Massot –cuya familia fue a juicio como uno de los cómplices civiles de la dictadura desde la dirección del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca– propuso como modelo a seguir el proceso político y judicial que se llevó adelante en Sudáfrica ante los crímenes cometidos durante el apartheid. El caso de ese país se caracteriza por la ausencia de juicios contra los perpetradores de delitos de lesa humanidad.
El abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Alan Iud, explicó a PáginaI12 que los procesos son incomparables, tanto por la naturaleza del conflicto como por su duración y el tipo de actores sociales involucrados. El abogado detalló las diferencias entre ambos modelos: “El esquema de justicia argentino es el ejemplo paradigmático en el mundo de un proceso en el que se pretende juzgar a todos los perpetradores de los crímenes de lesa humanidad, a la vez que se asume que ese juzgamiento permite conocer mejor la verdad de lo sucedido”. Iud destacó que si bien no es el único caso de este tipo en el mundo, sin dudas es el más desarrollado. En cambio, el modelo sudafricano “está en el otro extremo: proclama que la impunidad garantiza conocer mejor la verdad de lo sucedido, y que eso favorece la reconciliación nacional”.
El abogado destacó que el argumento de Massot es falaz, además, porque en Argentina ese modelo ya se intentó. “Tuvimos impunidad hasta 2003 y los represores nunca aportaron información. Por el contrario, desde la reactivación de los juicios se demostró que no sólo sirven para alcanzar la justicia, sino también para conocer mejor qué pasó”, explicó. Según Iud, desde que se retomaron las investigaciones penales se conoció mucho mejor el funcionamiento de la ESMA, de Campo de Mayo, el rol de la Iglesia y de otros actores civiles. “La historia muestra entonces que al menos en nuestro caso el modelo sudafricano no funciona”, afirmó, y subrayó que mientras el modelo argentino hoy se estudia en todo el mundo como ejemplo de construcción de Memoria, Verdad y Justicia, el modelo sudafricano “se muestra como contraposición cuando se quieren promover instancias en que la justicia tiene un rol secundario”.
Desde Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora respondieron a los dichos de Massot afirmando que “no hay posibilidad de que bajemos los brazos”. La referente del organismo, Nora Cortiñas, consideró que “no hay olvido, perdón, ni reconciliación. Justicia en Argentina significa cárcel a los asesinos, torturadores y apropiadores de bebés. Los crímenes que cometieron son de lesa humanidad, no prescriben ni son amnistiables”. Y añadió que “el único lugar donde tienen que estar los genocidas es en la cárcel, por lo tanto no hay posibilidad de ningún tipo de reconciliación”. Las declaraciones de Massot se dan en un contexto de multiplicación de los pedidos de prisión domiciliaria de represores, como el que benefició días atrás el genocida Miguel Etchecolatz.
Por su parte, Taty Almeida, también de Madres, resaltó que las declaraciones no la sorprendieron. Calificó los dichos de Massot como “un insulto, no sólo para los organismos de derechos humanos, sino también para la memoria de nuestros queridos hijos, los 30.000” y agregó que “desde que asumió este gobierno, todos los días se están violando los derechos humanos, pero la resistencia es cada vez mayor. No vamos a quedarnos de brazos cruzados, resistiremos como siempre, de forma pacífica”.
Graciela Lois, integrante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, agregó que “no se pueden cerrar procesos cuando ni siquiera se abrieron sus bocas. La parte del dónde, cómo y cuándo jamás la explicaron”. Además, destacó: “somos pocos los que supimos dónde estuvo nuestro familiar y son muchos menos aquellos que pudieron recuperar los restos”.
Desde la organización Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) Capital, denunciaron que “si piden ‘reconciliación’ es porque asumen que son culpables” y agregaron que “el ‘joven’ Massot debería exigir que su tío y otros rompan los pactos de silencio y digan dónde están los cuerpos de los desaparecidos y quiénes tienen a los nietos/as apropiados”. El tío de Nicolás, Vicente Massot, fue ministro de Defensa de Carlos Menem y llegó a juicio en una causa por delitos de lesa humanidad, en la que le dictaron la falta de mérito.
A las declaraciones de repudio se sumaron los diputados del bloque Frente Para la Victoria-PJ, Agustín Rossi y Gabriela Estevez. Rossi, jefe del bloque, resaltó que los dichos de Massot no representan un hecho aislado, sino que se enmarcan en un contexto general de “retroceso de los Derechos Humanos”. “Se ve en las domiciliarias a los represores, no hay que olvidarse que ellos hablaron del ‘curro de los derechos humanos’ y banalizaron la cantidad de desaparecidos”, afirmó Rossi y agregó que para su espacio político “la única posibilidad de reconciliación es a partir de los juicios”. Por su parte, Estevez denunció que el planteo de Massot “sólo pretende impunidad para los genocidas, mientras que desconoce a las víctimas” y añadió que utiliza “de manera descarada la lucha de la nación Sudafricana”.