Las políticas llevadas adelante por Cambiemos en sus primeros dos años de gestión, estuvieron directamente diseñadas para beneficiar a su equipo. Dólar futuro, blanqueo de capitales, devaluación, tarifazo e inversiones de LEBACs, son sólo algunos ejemplos. Uno por uno, los funcionarios que engordaron sus cuentas gracias a Mauricio Macri.
En sus primeros dos años de gestión, el presidente Mauricio Macri y sus funcionarios enriquecieron sus patrimonios, los de sus familias y también los de sus empresas en sumas millonarias, como consecuencia de las decisiones que ellos mismos tomaron desde sus escritorios.
Dólar futuro, blanqueo de capitales, devaluación, tarifazo, inversiones de LEBACs y en acciones de empresas amigas de la Casa Rosada, fueron tan solo algunos de los instrumentos utilizados por los integrantes del gabinete para obtener una rentabilidad extraordinaria. Gracias al ejercicio del Gobierno al que arribaron por la vía del voto popular, lograron obtener más de 1.000 millones de pesos y legalizar otros 2.000 en cuestión de meses.
Con cada determinación, Macri se aseguró que exista un gran beneficiado de su equipo. El reparto incluyó, como no podía ser de otra forma, a su propia familia, por la que fue a negociar en forma personal a China. Otro de los grandes jugadores fue el ministro de Finanzas Luis Caputo, el responsable del acuerdo con los fondos buitres, que en un abrir y cerrar de ojos se llevó 700 millones de pesos para la empresa que fundó, pero que ya entrado el Gobierno no quiso quedarse afuera de ninguna oportunidad: invirtió millones en Edenor, TRANSENER y Transportadora de Gas Cuyana, empresas que dispararon su cotización tras los tarifazos. Hasta se dio el lujo de comprar millones en LEBACs, aprovechando la rentabilidad otorgada por Sturzenegger.
La familia Peña Braun tampoco quiso quedarse por fuera del reparto y se anotó en la exportación de carne premium a Europa, un negocio que supera los 30 millones de dólares anuales, desbancando de un momento a otro a las grandes compañías del mercado. Mientras que el titular de la Sociedad Rural devenido en ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, también recibió su premio por haber ayudado a Cambiemos a llegar al poder.
El Cohete A La Luna se propuso hacer un repaso detallado de cada una de las decisiones gubernamentales que se transformaron en operaciones personales:
Dólar futuro
El puntapié inicial, que funcionaría como una premonición de lo que vendría, comenzó tan solo 72 horas después que la nueva administración pusiera un pie en Casa Rosada. El domingo 13 de diciembre de 2015, el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, se reunió con el entonces secretario de Finanzas Luis Caputo para decidir el precio al que se pagarían los contratos de dólar futuro adquiridos por ellos mismos y por gran parte del gabinete en los meses previos a las elecciones.
Esa tarde se sellaría en el ministerio de Economía uno los negociados más espectaculares de la historia financiera reciente, al acordarse que los contratos serían pagados por el Banco Central al valor del dollar linked (cerca de los 15 pesos), dejándole a la entidad monetaria una pérdida equivalente a 70.000 millones de pesos, pero permitiendo que los nuevos funcionarios obtuviesen de las arcas estatales exorbitantes ganancias, gracias a la devaluación que impulsarían apenas días después.
Tal como lo reveló oportunamente el periodista Ivan Schargrodsky, la firma Chery-SOCMA —de la familia Macri—, que había operado unos $9 millones de dólares, logró hacerse de más de 34 millones de pesos en concepto de intereses en cuestión de meses. Pero el Presidente y su familia no fueron los únicos beneficiados, ya que Quintana y Caputo tuvieron el gusto de fijar la suma de dinero que sus firmas cobrarían: Pegasus y Axis, fondos de su propiedad, operaron en contratos futuros U$D 1.480.000 y U$D 4.300.000, con los que obtuvieron una alucinante utilidad de 38,4 y 698 millones de pesos respectivamente.
En su balance anual ante la Comisión Nacional de Valores, el fondo que administró Caputo hasta días antes de asumir admitió haber conseguido esa ganancia, al tiempo que detalló haber incrementado su patrimonio en un 584 por ciento durante 2015.
Pero el listado de funcionarios favorecidos no terminaría allí: el ex CEO de la empresa LAN y hoy secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Sebastián Lopetegui, operó 310 contratos (unos U$D 310.000), el jefe de asesores del Presidente, José María Torello, se anotó con otros U¢D 800.000 y el hoy ministro de Hacienda Nicolás Dujovne participó con la compra de unos 1.000 contratos comprados a $10,59 y vendidos en un número cercano a los $15, ganando casi 9 millones en pocos meses.
Quienes completaron la nómina de favorecidos fueron familiares del gabinete: la esposa del propio Caputo, Ximena Ruiz Hanglin, compró unos 7.000 contratos, la del ministro de Producción Francisco Cabrera unos 1.500 y el primo de Marcos Peña, unos 700.