Mauricio Macri volvió de su gira europea con una determinación que no había tenido hasta el momento, impulsado mayormente por la caída de su imagen en las encuestas que lo llevaron a replantearse su estrategia.
El presidente reunió esta semana a su mesa chica, integrada por Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, para analizar el escenario, según confirmaron a LPO altas fuentes del Gobierno.
En esa reunión, se planteó la tensión que se debate actualmente en el Gobierno: la necesidad de un ajuste real contra la caída de Macri en las encuestas.
El presidente planteó que hay que tomar medidas drásticas porque el gradualismo está en su punto límite y el riesgo que hay, de continuar en la misma senda, es el caos. “La economía no aguanta sin ajuste”, dijo Macri.
Los presentes coincidieron en que ese marco es real, pero que al mismo tiempo ni Macri ni el Gobierno puede seguir perdiendo puntos en las encuestas. El presidente se encuentra en un 40 por ciento, lo que es considerado por la cúpula del PRO como un límite que no hay que superar hacia abajo.
Por ese choque entre ambas necesidades, Macri intercaló en los últimos días las medidas antipáticas como el tarifazo en el transporte y los despidos en el sector público con movidas para seducir a la opinión pública y levantar en las encuestas.
Es por eso que en sólo una semana, anunció un decreto sin precedentes para prohibir que los familiares de los ministros trabajen en el Estado, se mostró con el policía Luis Chocobar, que mató a un delincuente que apuñaló diez veces a un turista estadounidense en el barrio de La Boca y anunció que recibiría a los familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan, un encuentro que venía esquivando desde noviembre.
El objeto de estas medidas es no perder sustentabilidad política y atrás de alguna de ellas, como la del decreto, estuvo el ecuatoriano Jaime Durán Barba, que no viene al país desde diciembre pero sigue en contacto permanente.