Serían sobre blanqueo, pasantías y obras sociales y Salud. Difícil tensión entre la CGT y el peronismo dialoguista.
El Congreso comenzó a poblarse tras un mes de puertas cerras y la semana siguiente avanzará un tema clave: las leyes que el Gobierno diseñó para reemplazar la frustrada reforma laboral, congelada para siempre en el Senado por las divergencias entre el Gobierno y la CGT.
Legisladores de Cambiemos tuvieron las primeras conversaciones en la Casa Rosada, donde los ministros tomaron como norma hablar con las espadas legislativas del oficialismo antes de anunciar proyectos, coletazos del violento diciembre.
La reforma laboral será un tema clave, con la decisión de abordarla en al menos tres nuevos proyectos de ley: uno sobre blanqueo laboral, otro de pasantías y obras sociales y el último para crear el Instituto de Salud.
El blanqueo consiste en una condonación de deudas de seguridad social a los empleadores para que tomen al personal sin papeles; y la Agencia tendrá la misión de definir los medicamentos y prácticas médicas cubiertas por las obras sociales. Ambos temas formaban parte de la caída reforma.
El nuevo régimen de pasantías fue impulsado por Cambiemos en un proyecto de ley en 2016 y congelado por los diputados sindicales de la oposición que dominaron la Comisión de Trabajo. Extiende la duración de los pasantes a un año y 30 horas semanales con un salario no remunerativo.
Mauricio Macri, además, quiere reducir la cantidad de obras sociales aumentando sus requisitos. Y retocar convenios colectivos de trabajo, pero algunas voces del Gobierno le insisten en que lo mejor es hacerlo por rubro y no en el Congreso, donde está claro que la comunicación entre el peronismo dialoguista y la CGT no es tan fluida como se supone.
Para volver a chocar contra la pared, los proyectos ingresarían por el Senado, con textos previamente acordados con el bloque de Miguel Pichetto, garantía de mayoría para Cambiemos.
Aparecerá otro problema, si el rionegrino insiste con negarse a tratar cualquier ley laboral no avalada con por los sindicatos: la marcha del 22 de febrero mostrará a la mayoría de la CGT contra el Gobierno.
O sea, si en noviembre la reforma laboral se frenó por las bravuconadas de Pablo Moyano, no será fácil destrabarla si las ratifica junto a 27 de los 35 miembros del Consejo Directivo de la CGT y 2 de los 3 miembros del triunvirato de conducción.
En Diputados Emilio Monzó confía en el interbloque federal, aunque en el Gobierno aún duele el frustrado primer intento de sancionar la reforma laboral.
Por esa experiencia, Jorge Triaca no confían en la continuidad del sindicalista petrolero Alberto Roberti como presidente de la Comisión de Trabajo, como le garantizó en diciembre Emilio Monzó.
Si bien Roberti no parece interesado en molestar demasiado (ayudó con el quórum en la reforma previsional y tuvo la comisión cerrada en 2017), Triaca necesita un diputado que active sus demandas sin dudar y se lo hizo saber a Monzó, por ahora sin respuesta.
El ministro no tendrá un año fácil en el Congreso. El kirchnerismo usará la denuncia de su empleada doméstica para citarlo y exigir su destitución y seguramente lo planteará en la Comisión de Trabajo. Necesita que lo defiendan.