Los tres jueces de la Sala 8 del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre ampliaron a 12 años y un mes la pena de prisión que había dictado en primera instancia Sergio Moro. El líder del PT no irá a la cárcel y aún le quedan instancias de apelación, pero su candidatura para las elecciones presidenciales de octubre está cada vez más comprometida.
El Tribunal Federal 4 de Porto Alegre condicionó el futuro político de Brasil esta tarde con el fallo unánime de los camaristas Victor Laus, Joao Pedro Gebran y Leandro Paulsen, quienes no solo confirmaron la condena impuesta por el juez Sergio Moro contra el líder del Partido de los Trabajadores Inacio Lula Da Silva sino que además propusieron extender la condena a 12 años y un mes. Con este fallo, la candidatura presidencial de Lula, la figura con mayor intención de voto para las elecciones de octubre, quedó en jaque por la ley de «ficha blanca», que inhabilita a quien tenga una condena ratificada en segunda instancia. El exmandatario aún tiene dos instancias de apelación ante el Supremo Tribunal de Justicia y el Supremo Tribunal Federal, por lo que permanecerá en libertad y expectante de su candidatura.
La Sala 8 del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre, al sur de Brasil, cerró con el fallo el círculo del avance judicial contra el expresidente, que había recurrido la condena de 9 años y medio impuesto por Moro tras un polémico juicio en el que le atribuyó haber recibido como soborno un departamento en Guarujá, un balneario ubicado a 65 kilómetros de San Pablo.
Joao Pedro Gebran Neto, el primero de los camaristas en pronunciarse, rechazó todas las preliminares de los abogados de Lula. Su postura fue similar a la del Ministerio Público Federal (MPF) al que le bastó entender que «los indicios no son pruebas de menor importancia». En el mismo sentido se pronunciaron Paulsen y Laus.
«Pedimos la nulidad del proceso y de la sentencia», planteó Cristiano Zanin, defensor de Lula, esta mañana en su presentación al comienzo de la audiencia. El abogado atacó inicialmente, sin nombrarlo, a Deltan Dallagnol, fiscal de primera instancia de la Operación Lava Jato, autor de una presentación en power point en la que puso a Lula como eje de la red de corrupción.
Un agente del Estado como los fiscales no pueden usar las redes sociales para demonizar a un acusado, para sacar rédito político de un juicio. El poder del Estado tiene límite y no puede ser usado de esta forma, incluso con cercenamiento de la defensa», dijo Zanin. Lula, por su parte, siguió la audiencia desde el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el Gran San Pablo, su cuna sindical y política.
«Estoy extremadamente tranquilo con lo que está ocurriendo en Brasil. Tengo certeza absoluta que no cometí ningún crimen», había declarado el exmandatario y consideró que un fallo contrario al de Moro era «lo único cierto y justo que puede ocurrir», adelantando las apelaciones de sus abogados.
El letrado fustigó la sentencia de Moro al considerar que no tiene nada que ver con la acusación inicial. «La denuncia indica que hay propiedad de un departamento, cuando el juez en su fallo atribuye esa propiedad a Lula, sin seguir la ruta del dinero, sin poder probar la acusación de que tres contratos de Petrobras sirvieron como moneda de cambio», dijo. Finalmente, Zanin remarcó que la defensa logró probar la inocencia. «No hay pruebas para culpar», aseguró
El abogado Patrick Mariano, de la Red Nacional de Abogados y Abogadas Populares (RENAP), calificó al voto de Gebran Neto como una «vergüenza». «Toda la argumentación no tiene nada de racional, está totalmente basada en subjetividades. Un voto cimentado en ‘dijo que me dijo’. Nada más allá de la subjetividad, sólo impresiones y opiniones. Actuó como el espectador de un partido de fútbol. Su voto fue una opinión», destacó el letrado.Antes, el fiscal de cámara Mauricio Gotardo Gerum defendió la condena el ex mandatario.
«Lamentablemente, Lula se corrompió», dijo Gerum al opinar a favor de la sentencia a 9 años y medio de prisión que el juez Sérgio Moro aplicó a Lula. «Es muy difícil creer que la red corrupta en Petrobras pasara lejos de un presidente. Cuando pensamos en Lula, con su inteligencia, perspicacia e inteligencia política, esa dificultad es más grande», dijo el fiscal de cámara Gerum.