Un rasgo para medir la salud de la economía local es la construcción, y a partir de los permisos de edificación que otorga la Municipalidad de Rosario, puede inferirse el panorama. Sin embargo, el análisis empresarial de la actividad ya denota una perspectiva compleja. Hoy en Rosario se construye menos de la mitad que hace veinte años; incluso un tercio menos que en 2021, según datos de la Cámara Argentina de la Construcción.

De un informe de la Dirección General de Estadística, a partir de la Dirección de Obras Particulares, surge que en abril la actividad repuntó respecto del mes de marzo, tanto en cantidad de permisos otorgados como en metraje de superficie a construir. Solo que, hacia dentro de la estadística se puede concluir que lo que aumentó tiene que ver con proyectos no residenciales, tampoco los de obras particulares. Y eso permite deducir que son los actores de mayor peso y poderío económico los que sí avanzan en la economía, mientras que abajo la actividad resiste como puede.

El municipio otorgó en abril 76 permisos de edificación, algo más que los 71 de marzo, pero menos que los de meses anteriores. La diferencia está en que lo que aumentó fue la superficie en proyectos, más del doble que en marzo: de 13 mil m2 a 27.500 m2. Solo que el aumento se debe solamente a proyectos de uso no residencial.

La mayor proporción corresponde a este uso (65,2%, industria, comercio). Pero a pesar de dicho aumento, el acumulado anual sigue siendo negativo, 37,9% menos que el equivalente del año 2024.

El punto es que hacia atrás en la estadística, la superficie construida era mucho mayor mes a mes. “Hay una tendencia a la baja no solo en la cantidad de permisos sino en la cantidad de metros cuadrados. Nosotros observamos las construcciones nuevas, no las ampliaciones o pequeñas obras particulares. Nuestra actividad es la que da empleo, la de proyectos de mayor relevancia. Y la conclusión es que año tras año caen las cantidades de permisos y superficie autorizada”, aclaró el gerente de la Cámara Argentina de la Construcción, Rubén Llenas.

Según sus comparaciones, en 2007 se otorgaron en Rosario 1.180 permisos de construcciones nuevas, para edificar 898.000 m2. En 2024, se expidieron solo 282 permisos para 387.000 m2. Esa es la brecha.

Más cerca en el tiempo, Llenas asegura que la cantidad de m2 autorizados a construir es 44% de lo que fue en 2019, y un 68% de lo que fue 2021.

Desde la perspectiva empresaria, la crisis se explica por dos factores principales: la reforma del Código Urbano que hace tres lustros limitó la altura de construcción en la ciudad, y el encarecimiento de costos e insumos por encima de la inflación.

“El nuevo Código Urbano limitó mucho, donde antes se construían 10 pisos hoy se pueden hacer 7, y esos m2 se pierden y tienen un efecto negativo en la construcción. No es lo mismo repartir el costo de un ascensor entre 10 pisos que entre 7, y eso encarece todo. Y en la ciudad no se nota la diferencia”, cuestionó Llenas.

Por otra parte, la economía en general. “La construcción privada no es una isla. Hace dos años que tenemos dificultades, hay menos empleadores, menos empleados, y predomina la incertidumbre, las obras se hacen a menor ritmo, los nuevos proyectos esperan un mejor momento”, señaló el gerente de la CAC.

El otro karma es el aumento de costos. “La línea roja, los ladrillos huecos, aumentaron casi 50% sin explicaciones; con la salida del cepo llegaron listas que tenían algo de importación, 10% de aumento; el resto, 4 o 5% de aumento. Y no se puede trasladar todo al precio porque el mercado no lo está convalidando. Entonces eso también es un freno a la actividad”, advirtió.